sábado, 2 de mayo de 2009

Woody Allen presenta su última película, «Whatever Works»

Woody Allen no para y no piensa parar. Su última película, “Whatever Works”, protagonizada por Larry David y Evan Rachel Wood, acaba de presentarse en Nueva York. Haciendo un alto en su prolongado turismo cinematográfico, el genio pródigo ha vuelto a casa, a rodar en Manhattan. Esta vez cuenta la historia de un genial misántropo neoyorquino imprevisiblemente enamorado de una encantadora palurda del Sur de Estados Unidos...hasta que aparecen los padres de la palurda y la vida de todo el mundo pega un giro copernicano. Es una comedia romántica devastadora que por momentos recuerda a un Almodóvar que supiera física cuántica.
- El protagonista de esta película, Boris Yellnikoff, dice que leer el periódico por las mañanas es deprimente y que su padre se suicidó por eso.
-Yo me deprimo cuando leo el periódico por la mañana, sí. Hace años, hablando con Ingmar Bergman, me dijo que él jamás leía el periódico por la mañana, porque eso le arruinaba el día entero. Y realmente, cuando te levantas por la mañana y lees todas esas historias terribles, una detrás de otra...Tú tienes que estar en algún sitio en media hora, tus hijos berrean y tienes que llevarles a la escuela, cuando después de lo que acabas de leer el cuerpo te pide irte al aeropuerto más cercano, coger el primer vuelo a Darfur y tratar de cambiar algo. Pero lo cierto es que lo que tú puedes cambiar es muy poco, en términos prácticos. Con lo cual lo normal es quedar deprimido y enfadado para todo el día.
-Entonces, ¿a qué hora lee usted el periódico?
-Normalmente me levanto a las seis, así tengo tiempo de despejarme y de que se me pase el mal humor antes de llevar a mis hijos a la escuela. Suelo leer el periódico alrededor de las seis y media.
-¿Ha vuelto usted a Nueva York cambiado, después de tantas películas en Europa?
-Creo que ya soy demasiado viejo para que Europa me cambie. Creo que Europa me cambió cuando era joven, las primeras veces que estuve y descubrí un mundo que no eran los Estados Unidos, con sentimientos completamente distintos hacia la cultura, el arte, el estilo de vida, donde era posible almorzar lentamente y no con un embudo, como en Estados Unidos...Es una apreciación de la vida muy distinta...A veces me arrepiento de no haber tenido el coraje de mudarme a Europa por ejemplo en 1965, después de rodar en París “What’s new, Pussycat” (el debut de Woody Allen en el cine, no aún como director sino como guionista y actor). Recuerdo a dos chicas que trabajaban en la película, en vestuario, acababan de salir de la universidad y les gustó tanto París que se quedaron a vivir allí para siempre...Yo no fui capaz de hacer eso porque era demasiado convencional, poco imaginativo, y siempre lo he lamentado. Ya de mayor le he dicho a veces a mi mujer: ¿qué tal si nos mudamos a Europa? Pero ya no puede ser, mis hijos y mis amigos están aquí...A ella le gusta ir, pasar el verano en Europa, tres o cuatro meses mientras rueda la película, pero luego siempre quiere volver.
-¿Hasta qué punto Boris Yellnikoff es usted?
-Lo es un poco, sí. Se trata de una versión muy exagerada. Por ejemplo yo sí me considero pesimista pero, aunque mucha gente me considera un misántropo, yo no creo serlo.
-¿Y tierno y romántico, se considera?
-Sí, pero mucha gente prefiere pensar que soy misántropo, nihilista o incluso un cínico. Yo más bien creo que tengo una visión realista del mundo como un sitio trágico –de eso no tengo ninguna duda-, que la gente convierte en un sitio mucho peor aún, donde casi nada es ni funciona como debería... Entonces no hay que tener miedo de probar soluciones raras o poco familiares, siempre que no hagan daño a nadie, que es lo que plantea “Whatever Works”. En la película lo planteo en el marco de las relaciones románticas pero el principio también vale por ejemplo para la presidencia de Obama y sus propuestas para enderezar la economía. Algunas de esas propuestas pueden parecer muy radicales, pero si no hacen daño a nadie y funcionan...Precisamente ahora se empieza a ver una pequeñísima esperanza para la economía....Yo creo que si seguimos así a finales de año empezaremos a ver las cosas más en positivo...
-El hecho de que esta vez su protagonista no sea un neoyorquino de gustos caros y exquisitos que vive en un fabuloso apartamento del Upper East Side, sino alguien bastante más austero, con un apartamento cochambroso en el downtown, ¿es una respuesta creativa a la crisis?
-Sí, Boris rechaza totalmente la cultura dominante, voluntariamente se aparta de lo que quieren todos los demás. Rechaza la forma de vida de Estados Unidos, por no decir que rechaza la vida en general. Si se piensa despacio, intelectualmente no hay ninguna razón de peso para vivir...La vida es dolorosa, sin sentido...¿Por qué pasar por eso? Porque hay algo en tu sangre y en tu ser que inexplicablemente te empuja a preservarte, a luchar por seguir vivo.
-Y de repente llega a la vida de Boris esa chica tan “de provincias”, y detrás de ella llegan sus padres...
-Hace años que yo quería crear un personaje verdaderamente misántropo en el peor sentido, el peor hombre del mundo, que se enfrentara a la audiencia diciendo cosas como, no sé ni por qué me molesto en hablar contigo, no os aguanto en fin, un carácter tan extremo, tan neurótico y tan desagradable que resultara divertido... Y ese carácter de repente conoce a tres personas que odian todo lo que él representa: esta gente odia a los neoyorquinos, odia a los intelectuales, odia el comunismo, hasta que vienen a Nueva York y toda su vida y sus opiniones cambian. Se convierten en gente mucho más sofisticada, liberal y abierta.
-Boris empieza siendo el Pigmalión de su novia, después el de los padres de su novia...¿para acabar siendo una especie de Pigmalión nacional? ¿Es esta la respuesta de Woody Allen a la era Bush?
-Lo cierto es que Boris no intenta cambiar a nadie, él es demasiado pesimista para ni siquiera intentarlo... Encuentra a esta chica del sur tan joven, tan guapa y tan dulce, pero sin cerebro, y él realmente no tiene ninguna esperanza de que ella progrese. Pero no le importa.
-Lo cierto es que usted acaba reconciliando esas dos sensibilidades, ¿esas dos Américas?, en la película. Boris acaba aprendiendo algo también de Melody y de sus padres...el pigmalionismo es mutuo...
-Sí, esos bárbaros sólo preocupados por las pistolas y por los concursos de belleza, que encarnan lo peor de América, vienen a NYC, la ciudad del pecado, como una visita al infierno...y acaban mostrando una cara muy distinta de ellos mismos.
-En toda la película no aparece un solo ordenador, no se ven teléfonos móviles...¿es deliberado?
-Posiblemente, porque en mi vida y en mi trabajo yo no uso ordenador. No tengo correo electrónico y escribo a máquina, con la primera máquina con la que empecé a escribir, la compré cuando tenía dieciséis años y está igual que entonces.
-¿Qué máquina?
-Es una Olympia portátil. Y está como el primer día: perfecta. La puedes tirar desde lo alto del Empire State Building y no se rompe. Sí tengo un Iphone, pero sólo porque puedo meter dentro todas mis grabaciones de jazz, entonces cuando me voy fuera ya no tengo que acarrear una tonelada de discos, tengo 500 canciones metidas ahí, me pongo los auriculares y practico con mi clarinete...
-¿Ve cómo no todo en la vida carece de sentido? Por cierto, hay quien le llama a usted el verdadero alcalde de Nueva York.
- La mejor idea para Nueva York la lanzaron hace años Norman Mailer y otro escritor, el columnista Jimmy Breslin, cuando en 1969 se presentaron juntos en una candidatura a la alcaldía: que la ciudad de Nueva York se segregara del estado de Nueva York, que la ciudad fuera un estado más de los Estados Unidos. Podría ser un estado fantástico y hay gente más que suficiente. Todos seríamos mucho más felices, la calidad de vida mejoraría mucho, se podría recoger la basura más a menudo, habría mucho más dinero para todo...No más conexión con el norte del estado, donde sólo hay corrupción y estupidez, y muy poca gente, viviendo de los impuestos que pagan los habitantes de la ciudad de Nueva York.
- Sin duda es una propuesta interesante. Pero, ¿no es también un poco egoísta?
- Qué va, somos muchos más, muchos millones más, los que vivimos en la ciudad que en el resto del estado. Los beneficios se reparten injustamente.
- Sus películas son siempre un éxito en todo el mundo. Pero yo tengo la impresión de que sus películas ambientadas en Nueva York triunfan más en Europa, y que las ambientadas en Europa gustan más en Estados Unidos. La acogida de “Vicky Cristina Barcelona” ha sido especialmente cálida entre el público norteamericano. ¿Por qué será?
- No sé...A lo mejor es debido a mi paranoia, pero en Estados Unidos yo nunca tengo la sensación de una acogida cálida. Emocionalmente cálida, por lo menos. Yo una y otra vez me he sentido salvado por el público europeo. En Estados Unidos, incluso cuando una película mía funciona bien, recauda dinero y tiene buenas críticas, la gente va al cine...con menos entusiasmo.
- Por cierto, sepa que yo soy de Barcelona y no reconozco en absoluto mi ciudad en su película. Me encanta lo que cuenta usted pero no me suena de nada. ¿A los neoyorquinos les pasa lo mismo?
-Sí, es todo una idealización, en mis películas la ciudad no intenta ser real...sino maravillosa.


Fuente: abc.es

sábado, 4 de abril de 2009

La escena más hermosa que vi en mi vida


Raleigh está recostado sobre el sofá, su mirada perdida, totalmente deprimido. Dudley lo observa sin saber qué hacer.
-¿Quiere hacer algunas pruebas en mí? -le pregunta. Raleigh apenas contesta, siquiera se mueve.
Por detrás, Richie entra al baño y cierra cuidadosamente la puerta.
Una vez dentro, se para frente al espejo. Se quita muñequeras, los lentes, su vinchita. Toma la tijera y comienza a cortarse el pelo. Cuando éste más corto, comienza a cortarse los pelos de la barba.
Para terminar con ésta, toma la espuma de afeitar y la esparce por su rostro. Sólo hace una pasada.
Se mira fijamente al espejo y susurra:
-Me voy a suicidar mañana.
La misma hoja con la cual había comenzado a afeitarse, comienza a hacerse cortes en la muñeca.
La pileta, que hasta ahora sólo estaba cubierta de pelos, comienza a pintarse de rojo.
Richie comienza a desvanecerse. Cae sentado, luego queda en el piso.
Dudley entra al baño, lo ve y grita.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Asia Argento: "No soy en la vida como en las películas"


Si uno vio tres o cuatro películas con Asia Argento, vio sus fotos, está al tanto de su reputación plagada de escándalos, la escuchó hablar sin tapujos de todo en entrevistas y está al tanto de su fama de "mujer salvaje", no puede evitar acercarse a la charla con la actriz y directora italiana, hija del maestro del terror Darío Argento, con cierto nerviosismo. Sí, la entrevista es por teléfono, pero da igual.

Pero nada extraño sucede durante los 30 minutos de charla con esta multifacética artista de 33 años. Asia acaba de ser madre por segunda vez, dice que "se la pasa dando la teta" y que se lleva mucho mejor con su padre desde su nueva boda y maternidad. Dice, además, que no sale casi nunca de su casa y que no tiene planes de trabajar en los próximos meses. ¿Qué pasó con la criatura salvaje?

"Siempre sentí que estaba atrapada en la imagen de una mujer que no soy yo -dice, en inglés-. Admito que también cree esta imagen para sobrevivir, así que no tengo a nadie más que culpar que a mí misma. Pero no soy en la vida como en las películas. Y ahora todavía tengo más razones para estar feliz y salir de ese lugar".

El tema de la diferencia entreficción y realidad surge al hablar de su segunda película como directora, El corazón es engañoso, por sobre todas las cosas, basada en una novela de JT LeRoy, considerada como "no ficción", una autobiografía de la infancia del escritor. El tema es que el escritor resultó ser una farsa, un personaje inventado por una escritora (Laura Albert) y su historia era ficcional.

"No tenía idea de que era todo falso cuando leí la novela -dice sobre el filme, que narra la extraña relación de un niño con su madre y las peripecias que vive con (y sin) ella cuando sale de un orfanato-. Creía que era una historia real que le había pasado a JT. Igual, después de saber que no era cierto, la historia sigue teniendo sentido para mí, tiene que ver con la pérdida de la inocencia."

¿Cuándo te enteraste qué no era cierta?

Lo supe después de filmar y presentarla en Cannes. Yo notaba que había algo raro porque cada vez que me encontraba con JT (en realidad, la cuñada de Albert disfrazada con una peluca y un look andrógino) siempre estaba Laura con él y era ella la que hablaba. Pero es como que no quise verlo. Sentía que no hablaba con una persona sino con un grupo y había cosas que no me gustaban. JT no era cómo la idea que yo tenía, pero quise creerme la historia de la novela. De cualquier manera, no me molesta que sea una ficción. ¿Cómo puedo enojarme con alguien que quiere ser otra persona? Eso es lo que hago todo el tiempo. Uno crea a un personaje de sí mismo, lo hacemos todos.

Pero ese personaje se te pareció...

Fue un proceso de maduración. Creo que ahora no es tan así. Tal vez al casarme (con Michele Civetta) y tener a mi hijo (Nicola Giovanni nació el 15 de septiembre), la idea de la gente cambió, no sé.

¿Cómo te llevás con esta nueva maternidad? (tiene una hija, Anna Lou, de 7 años)

Mucho más relajada y menos tensa, pero es agotador. Estoy metida con todo en mi maternidad, es lo único que me importa en este momentos, toda mi ambición es estar con mis hijos. Tenía unos proyectos para filmar pero los pospuse porque ahora no estoy preparada.

En 2007, Asia fue considerada "la reina" del Festival de Cannes al destacarse en tres películas que se presentaban allí: Una vieja amante, de Catherine Breillat; Boarding Gate, de Olivier Assayas y Go Go Tales, de Abel Ferrara. En todas ellas sus personajes se caracterizan por una actitud potente, salvaje, físicamente intensa, algo que ya es acostumbrado en esta mujer que empezó a trabajar a los 9 años, con su padre, haciendo escenas no del todo recomendables para chicos de esa edad.

¿Cómo encarás tu trabajo como actriz? ¿Tenés alguna técnica o sos intuitiva?

Cada película es diferente y uno tiene que entender lo que se requiere. Uso mi cuerpo pero no tengo un técnica en particular. Es todo suerte, intuición. Es entrar en sincronía con el director, vivir el momento. Me encantaría tener un método. El único que tengo es leer el guión y llegar en horario...

Además del cine trabajás bastante en la música, como cantante, DJ, haciendo clips. ¿Pensás seguir haciendo eso?

disfruto más de la música que del cine. Tuve un período como DJ y me gustaría tener un programa de radio para pasar la música que me gusta. Cosas oscuras de blues, garage rock de los '60, psicodelia.

Siempre fuiste muy crítica de Italia y ahora volviste a vivir allí. ¿Por qué?

No creo que estemos peor con Berlusconi que antes. La gente es muy infeliz en mi país y hay muchas cosas que odio, en especial la política. Pero es mi país y lo amo por muchas razones, especialmente el sur. Hay una pasión por la vida: energía, belleza, comida, arte. Me encanta eso. Igual, llevo una vida tranquila con mi marido y con mis hijos. Salimos poco.

Tras Cannes se habla de un renacimiento del cine italiano. ¿Estás de acuerdo?

No. Hubo una gran película, Gomorra, y la otra mucho no me gustó (se refiere a Il Divo). Gomorra es una obra maestra, pero es sólo un artista que sigue su propia musa, no se trata de un movimiento. Lo que me da es un poco de esperanza de que el cine italiano vuelva a contar cosas de la realidad que nos interesa ver a nosotros pero que también sean importantes para todo el mundo.

Asia cuenta que no conoce la Argentina pero que su gran amigo Gaspar Noé siempre le habla de su país. "Siempre quiero ir, pero nunca tuve la oportunidad". dice. Se le explica que, para nosotros, "argento" es también una manera de llamar a los argentinos y Asia se ríe. "¿En serio? ¿Sabías que muchas veces se equivocan y me dicen Asia Argentino?".

Será que no conocen a tu padre... Sé que tuvieron algunas etapas difíciles, ¿cómo es tu relación con él ahora?

Ahora tenemos una gran relación. Trabajé en la anteúltima película suya (La terza Madre) y estuvimos muy unidos este año. El está muy contento con el bebé, lo adora.


En Nueva York hacen una retrospectiva tuya. ¿Cómo se siente eso a los 33 años?

Que no lo merezco, que los engañé. Ellos creen que sé algo y no se bien qué es (risas). Igual, te dan alegría esos empujones cada vez que te ves a vos misma de mala manera . Pero no creo que lo merezca. Cuando me avisaron que la hacían les dije: "Gracias, ¿pero están seguros que no se equivocaron de persona?"
[Diario Clarín]

domingo, 27 de julio de 2008

Aaron Eckhart, amante de la conducta humana



Dicen que no hay personajes ni papeles chicos, sino actores pequeños. Se trate de un rol protágonico, secundario o de una participación especial, cuando se tiene madera de actor y vis para ello, el resultado en pantalla o en escena queda totalmente demostrado.

Y es que, dicen los histriones, para muchos de ellos, lo que simplemente importa es interpretar distintos personajes, llenos de matices y fuerza. En sí, que los emocione.

Así le sucede a Aaron Eckhart, a quien le da lo mismo encarnar a un chef en la comedia romántica Sin reservas, con Catherine Zeta-Jones; que a un controvertido abogado en Gracias por fumar; o al fiscal del distrito Harvey Dent en Batman: el caballero de la noche.

El motivo, dice, es sólo uno: adentrarse en el comportamiento humano.

“Lo que disfruto más es el comportamiento humano. Evidentemente todos los personajes lo encarnan, por ello me deleito al encontrar qué es lo que hace que un personaje luzca y así lograr que el público también lo disfrute.

“Eso es lo que me gusta de la actuación. Por eso a mí cada uno de los personajes me resulta interesante”, conversa en entrevista telefónica con Excélsior desde Nueva York.

Por ello, incluso, hasta se adelanta en platicar sobre Traveling, cinta que filmó al lado de Jennifer Aniston, .

“Se trata de un filme de romance y ya se está trabajando en ello. Saldrá el próximo año y es con Jennifer Aniston. El director es Brandon Camp, quien también la escribió.

“Es sobre un asesor, un hombre que perdió a su mujer y organiza seminarios con gente de todo el país. En una de esas ciudades se enamora de una mujer, que es Jennifer Aniston. ¡Va a estar bien, va a estar bien!”, explica emocionado.

Y con ese mismo júbilo y satisfecho con su trabajo, es como dice sentirse por su papel del fiscal de distrito Harvey Dent, en la secuela de Batman, dirigida por Christopher Nolan y en la que comparte créditos con Gary Oldman, Christian Bale, Michael Caine, Heath Ledger, Maggie Gyllenhaal y Morgan Freeman.



“Siento que cumplí con mi trabajo y contribuí a la película de una manera que me hace sentir bien con los resultados. Considero que es una cinta muy buena. Es uno de esos filmes sensacionales basado en un cómic. Me parece que es una aventura fantástica. ¿Qué puedo decir? ¡Me siento muy feliz!”, subraya Aaron, de 40 años.

Dentro de las cintas que se han filmado del hombre murciélago, Harvey Dent, quien se convierte en Dos caras, ha sido interpretado por Tommy Lee Jones, en Batman eternamente, de Joel Schumacher.

Sin embargo, Eckhart no tuvo dificultad alguna para realizar su actuación, ni se basó en el personaje que había hecho el actor de Los tres entierros de Melquíades Estrada.

“Sí la vi antes (la cinta de Schumacher), pero realmente pensé que el Batman de Chris Nolan, el caballero de la noche, era muy distinta. Obviamente tenía un tono muy diferente y el guión era sensacional. Entonces no sentí la necesidad de involucrar a nadie más en mi decisión, con excepción de Chris Nolan. Lo que se busca es encontrar un tono que vaya bien con el resto de la película, con los otros personajes y con la forma en que son interpretados, si es más grande o si es demasiado pequeño.

“De lo que se trata es de encontrar el tono adecuado. Hablamos de eso y llegamos a la conclusión de que Harvey Dent tenía que estar en esto. Pero cuando ves lo que hace este personaje tienes que asegurarte de que todo funcione bien dentro del conjunto”, comenta el nominado a un Globo de Oro por el filme Gracias por fumar.

Para preparar su personaje, Eckhart y Nolan compraron los cómics, hecho que les fue de gran ayuda, pues en ellos hay demasiada información sobre los personajes centrales y los alternos.

“También hice mi propia investigación de las cosas que me parecieron importantes como las lesiones, la sicología, ese tipo de cosas. Además Chris había escrito un guión tan bueno y tan complejo que nos pusimos a trabajar con él.

Hijo de un ejecutivo de sistemas y de una escritora de libros para niños, Eckhart reconoce que Nolan es un maestro de la dirección fílmica, de personalidad dulce y con una palabra amable que siempre sale de su boca.

Durante el rodaje se divirtió mucho. Incluso, tuvo que pedirle a su director que mirara para otro lado antes de empezar una escena, pues terminaba por reírse.

El Guasón y Dos caras son dos de los “chicos malos” que se enfrentan a Batman, interpretado por Christian Bale, en la cinta de Nolan.

Y sin problema alguno, Eckhart reconoce que El Guasón, encarnado por el fallecido Heath Ledger, es el motor y la energía de todo lo que sucede en Batman: el caballero de la noche.

“Desde que leí su descripción la primera vez pensé: ¡wow!, realmente tiene un gran papel en la película. El guión de su personaje está tan bien escrito, que resulta sumamente delicioso para un actor.

“Además él lo interpretó de una manera que nadie habría podido imaginar, porque llena de energía a cada uno de los otros personajes. Así es como está escrito en el guión, por eso pienso que esta película es de él. Y me parece que Chris realmente maneja todo súper bien”, enfatiza.

Sin embargo, reconoce que la maldad de El Guasón, a diferencia de la de Dos caras, es totalmente irracional.

“No tiene ningún plan, ni ninguna razón para hacer algo y eso es precisamente lo que lo hace tan emocionante, pues rompe cualquier convención del pensamiento humano. De hecho, creo que Harvey trabajó con él porque es un idealista, una persona a quien le gusta la justicia. Él cree en la ley, tiene una estructura.

“Y eso es lo que hace el contraste con el Joker, porque aquí de lo que se trata es de la existencia de una estructura contra la ausencia de ella”, expresa Eckhart, para añadir que le gustó trabajar con Ledger, a quien, como a él, le gustaba la música y la fotografía.

Así, con la seguridad de que interpretar diferentes personajes le emociona y es un reto para él, Aaron Eckhart continuará.

jueves, 17 de julio de 2008

La típica descarada que se desnuda


Inocente pequeña arribista enceguecida por el universo de las apariencias y manipulada por un escritor sexópata, Ludivine Sagnier abraza una vez más el papel de la seductora fatal en Una mujer partida en dos, de Claude Chabrol, y esto la sorprende.

"Cuando comencé en el teatro, me hacían hacer los papeles de la mucama. No entiendo por qué, desde entonces, me imaginan como tal. Mi físico es muy convencional. No bien me maquillo me convierto en calabaza. Algún día se darán cuenta de que es nada más que una pose".

De todos modos, desde su primer papel importante en 2000, en Gotas que caen sobre rocas calientes, Sagnier se impone como una rubia traviesa. Epoca de intrepretar a una malvada en Ocho mujeres, a una sexy en La piscina y a una tentadora lolita en La pequeña Lili, de Claude Miller. "Terminaron por proponerme nada más que papeles acordes a esta imagen. Hice una pausa y rechacé todas las ofertas de la típica descarada que se desviste".

Nacida en 1979, con un padre que se desempeñaba como alto funcionario, Ludivine Sagnier debutó a los 9 años en Les maris, les femmes, les amants (Maridos, mujeres, amantes), de Pascal Thomas. Y todo fue de casualidad. "Había acompañado a mi hermana Delphine a un casting y me contrataron a mí..." recuerda. Sagnier hizo cursos de teatro en Sevres, en el conservatorio de Versalles, interpretó obras de Oscar Wilde y participó de varias películas para la televisión y trabajos chicos para el cine, además de doblajes (la voz francesa de Natalie Portman en El perfecto asesino de Luc Besson, por ejemplo).

Lanzada realmente por Ozon, su Pigmalión, encarnó desde entonces al hada Clochette en un Peter Pan americano y comenzó luego "a envejecer en el cine, a quemar las pistas". Hizo de sonámbula en Une aventure, de Xavier Giannoli, de pícara enamorada fallecida en Les chansons d'amour, de Christophe Honoré. La veremos también en la reaparición de Un secreto, de Claude Miller, en donde interpreta a una esposa judía abandonada.

Actualmente filma L'ennemi public nø 1, de Jean-Fran»cois Richet, una película sobre Mesrine, en donde hace de Sylvia Jeanjacquot, última compañera del truhán. "Interpretar a la mujer de un gángster es como ser ¡un fantasma! Yo la veo como una mujer cariñosa y abnegada, que está muy expuesta a la hostilidad de gente que está fuera de la ley (...) No deseo juzgarla sino ser sincera...".

Sus directores elogian su moral, su sacerdocio. Sagnier confiesa que su temperamento es el de "un pequeño soldado. Si caigo, me levanto, y siempre creo en las cosas". A Sagnier le encanta, según admite, sentirse "como sacudida por la mirada de un cineasta". Elige sus papeles con exigencia y rechaza la idea de tener demasiados proyectos.

domingo, 13 de julio de 2008


Todo es oscuro en Batman, el caballero de la noche, la nueva película del personaje insignia de DC Comics, una franquicia que ha demostrado una extraordinaria capacidad para ser destruida, renovada, vuelta a descuartizar y regenerada. Y todo de nuevo, otra vez. Ha habido películas buenas, regulares y catastróficas; ha sido serie de TV deliciosamente pop y dibujo animado calamitoso; ha dado lugar a unas páginas gloriosas y a otras olvidables de la historia del cómic. La gloria o Devoto (o, mejor dicho, Arkham Asylum): así son las cosas con Batman.

Pero esta nueva película no es apenas un nuevo eslabón de una larga historia. Es otra cosa: es la media medalla (milagrosa) del personaje. La recuperación desde el título mismo de la idea del dark knight, de ese guardián noctámbulo, acerca el cuento tanto a su nacimiento a fines de la década del 30 como a su refundación de 1986, según las ideas y las tintas de Frank Miller, que imaginó al Hombre Murciélago como un jubilado lóbrego e irresponsable en la extraordinaria serie de historietas El regreso del Caballero Nocturno.

Batman, el caballero de la noche vuelve a reunir al director Christopher Nolan (Memento) con el actor Christian Bale (American Psycho), la misma dupla por detrás de Batman inicia, el film de 2005 que ya había sido saludado como un nuevo comienzo para el personaje (cosa que anunciaba, también, desde su propio título). Lo cierto es que a la vista de esta segunda parte, aquel “inicio” parece más bien un precalentamiento, un partido amistoso, detalle que tiene mucho que ver con el encanto del personaje: sus ciclos no son previsibles, Batman puede renacer cuando ya nadie da por él dos centavos de dólar, puede hacerlo en la segunda película de una serie o en un pequeño tomo de 50 páginas de cuadritos dibujados, perdido entre toneladas de aventuras “oficiales” (Batman/Planetary: noche en la Tierra).

En su reseña de la película (que se estrena el jueves en la Argentina, un día antes que en los Estados Unidos), Richard Corliss, crítico de la revista Time, sintetiza el film en una escena en la que se ve a Bruce Wayne (o Bruno Díaz) vestido con su traje de Batman, encaramado en lo alto de un rascacielos, mirando a Ciudad Gótica allí abajo; de repente da un salto, despliega las alas y se tira en palomita (o en murcielaguito) hacia la noche. “Su trayectoria –arriesga Corliss– es también la del film: traza un descenso hacia una anarquía moral, camino en el que cada uno de los personajes está llamado a tocar fondo. Algunos no habrán de recuperarse jamás, tras haber sido quebrados por el mal o haber encontrado la maldad en ellos mismos, como una infección fatal”.

Los superhéroes, se sabe, son carne de metáfora. Simbolizan todo lo que haga falta: casi cualquier realidad puede ser leída a la luz de los ecos de sus aventuras. Casi siempre son utilizados como prisma para alumbrar cuestiones políticas, conflictos sociales o sirven de caja de resonancia para diversas intimidades. Incluso el Metropolitan Museum of Art de Nueva York le sumó una nueva dimensión a las posibilidades alegóricas de los encapotados con la exposición Superheroes: Fashion and Fantasy, colgada ahora mismo de sus prestigiosos muros, y definida en ese sentido por su curador Andrew Bolton: “Los superhéroes son una metáfora de la moda, ya que comparten una obsesión por el cuerpo, su identidad y la transformación. Constantemente redefinidos y rediseñados de acuerdo con los cánones populares de belleza, ellos personifican lo superlativo”.

Por un lado, allí saltan a la vista las influencias de los superhéroes en los diseños de las firmas top y por otro se patentiza la apropiación que el arte viene haciendo de los héroes de historietas, pero además se va dibujando una geografía casi emotiva del atavío como blindaje para las batallas del día a día, como marca de identidad cotidiana, como refugio.

Hacia allí apunta también el ensayo del escritor Michael Chabon que se incluye en la muestra, un texto titulado “Secret Skin” en el que puede leerse: “En teoría, el uniforme forma parte de una estrategia de ocultamiento. Pero en los hechos a menudo funciona como una suerte de pantalla mágica sobre la que una narrativa reprimida puede ser proyectada. No importa la pericia con la que él o ella oculte sus rastros, la narrativa secreta de la transformación, del renacimiento desde los confines de lo ordinario, está dada por ese atuendo”.

Si los superhéroes en general son capaces de convertirse en metáfora de casi todo, Batman, ese señor que es poderoso sin tener superpoderes, que supo pasar del camp colorido de los 60 a las oscuridades de fines de los 30, y de ahí saltar a las más cándidas de los 80 y de allí reconstruirse asomado a los abismos actuales, responde como ningún otro encapotado a unos ciclos políticos bien definidos. El Batman de Tim Burton se estrenó en junio de 1989, apenas terminado el doble mandato de Ronald Reagan al frente de la presidencia de los Estados Unidos, mientras que éste de Nolan llega al borde de la finalización de otro doble período republicano en la Casa Blanca, el de Walker Texas Ranger Bush.

Tanto la historieta de Miller como esta película de Nolan, presentan a Batman como un personaje de alta complejidad, ora aclamado por el pueblo por reponer el orden en Ciudad Gótica, ora resistido por sus métodos violentos; y al Guasón como una amenaza bastante fácil de leer a la luz de la paranoia post 11-S, un villano convencido de sus actos y sin nada que perder. Son dos personajes que se necesitan, que funcionan en tándem, que pueden sobresalir sólo gracias al otro. En la historieta de Miller hay un psicoanalista de apellido Wolper, que directamente culpabiliza al Hombre Murciélago por los actos de sus enemigos: “Batman es el culpable de los crímenes que combate. El modelo psicótico-sublimado y psicoerótico de Batman es como una red. Los neuróticos débiles se ven arrastrados a corresponder ese modelo. Así, se puede decir que es Batman quien comete los crímenes, usando a los supuestos villanos como proyección narcisista”. Miller lleva tiempo ya anunciando su Holy Terror, una historieta en la que Osama bin Laden amenaza con atacar Ciudad Gótica, para lo que, claro, deberá enfrentarse con la máxima autoridad local, el señor Batman.

Justo ahí se concentran las oscuridades de este Batman: no en la pintura de Ciudad Gótica como una trama mafiosa sin posibilidad alguna de compostura, no en su retrato de la corrupción policial y la desidia política, no en los crímenes del Guasón ni en el carácter sombrío del superhéroe, sino en la naturalidad del cuento y la transparencia de sus resonancias. Un párrafo de la crítica firmada por Justin Chang en Variety, la revista de la industria de Hollywood, deja claro que los Estados Unidos son potencia en muchas cosas, pero no precisamente en materia de superyó: “Astutamente, la película posiciona al Guasón como el equivalente a un terrorista moderno (uno de los múltiples significantes post 11-S), que sólo va a suspender su amenaza sobre los civiles de Ciudad Gótica a cambio de que Batman revele su identidad. El héroe, el jefe de policía y el fiscal incorruptible unen sus fuerzas, pero el Guasón siempre parece ir un paso adelante. La ciudad, vuelta en contra del héroe en el que alguna vez buscó esperanzas, luce más rebelde, más vulnerable, más peligrosa que nunca”.

También allí Batman, el caballero de la noche se transforma en una película grande, tal como lo sigue siendo en el terreno del cómic el Dark Knight Returns de Miller: su oscuridad admite todos los grises de la paleta Pantone y más, no pone nada en blanco sobre negro, molesta, incita, desnuda. Son dos horas y media de entretenimiento perfecto (por el director y su precisión, por un cast disfrutable en cada secuencia, por un personaje que no se gasta nunca), más un rato largo de efectos secundarios: este Batman (lo mismo que el tremendo Guasón de Heath Ledger) no inicia nada; este Batman brillante-mente-oscuro, perturba y encandila.

Las mejores aventuras del Batman moderno en papel. ¡Santas historietas!

Cualquier superhijo de vecina (del Parque Rivadavia, esa hoy vencida Torre de Babel de los cómics) sabe que el arte de andar leyendo las andanzas de un bienhechor wagneriano que se viste de murciélago y subemplea a menores de edad es, como el jazz o el western, un gusto adquirido. Frente a casi setenta años de cronología interna y hectáreas de batiaventuras, otros mundos y un millón de callejones servidos, ¿cuál de los sabores artificiales en que supo transformarse el encapotado de Ciudad Gótica (el anti-Superman, el camp Adam West, el realista y el posmoderno-que-procesa-a-sabiendas-todo-su-pasado-editorial) puede encantar al paladar no familiarizado con el género que le costó la vida a Krypton?

Abandonar el batianalfabetismo implica asumir dos verdades del tamaño de Hulk y responder a una pregunta fundamental…

Verdad 1) Genérica: los superhombres de hoy funcionan gracias al revisionismo canchero y nostálgico del pasado del personaje. Verdad 2) Más cercana a nuestra cruel realidad: ¡la ausencia de ediciones locales y los sobreprecios de las importaciones! Pregunta fundamental: ¿están listos para otra defensa del género y los batilugares comunes que utiliza a la santísima trinidad revisionista de los 80 (las autoconscientes e imprescindibles Batman: año uno, El regreso del Caballero Nocturno y La broma asesina) como excusa para llegar a la conclusión de que “los superhéroes no son sólo para niños”?

¡Claro que no!

Una alfombra roja para el no creyente es El largo Halloween (Norma), obra cumbre de la dupla Jeph Loeb y Tim Sale, que cruza en plan molotov-contra-una-vidriera al equipo titular de archivillanos (Joker y pandilla) con un Batman novato, tatuado por los lápices de Sale como casi ningún otro en la historia del personaje. Puro clasicismo reinventado. En la vertiente lollipop, celebración del Batman naif y diurno de los 50, el must es la reedición en edición de lujo en inglés (que cuenta con varias versiones en castellano) de World Finest: hedonista, un poco exagerada, preciosa en su diseño visual (lápices de Steve Rude) y enamorada (y que busca enamorar) de esas aventuras que salían diez centavos hace ya varias décadas. En el otro extremo cromático, puros blancos y negros, está Batman: blanco y negro, una antología de historias cortas donde los grandes valores del medio (Moebius, Katsuhiro Otomo “el de Akira”, José Muñoz, Neil Gaiman) utilizan como excusa a Batman para demostrar (¡oh, sorpresa!) que el cómic también tiene sello de autor. Para cierre, ¿qué tal un cómic que combine todo aquello que puede hacerse, todo lo que se hizo (batirrepelente de tiburones incluido) y probablemente todo lo que alguna vez se hará con Batman en tan sólo cincuenta páginas?: Batman/Planetary: Noche en la Tierra es el homenaje del guionista Warren Ellis y el dibujante John Cassaday a aquello que convirtió a Batman no sólo en nuestro personaje favorito, sino en un sujeto capaz de darle a Superman la tunda de su vida.

jueves, 10 de julio de 2008

Tarantino quiere a Brad Pitt para ‘Inglorious Bastards’

El filme ‘Bastardos sin gloria’ o ‘Bastardos vergonzosos’, en fin ‘Inglorious Bastards’, podría tener en el papel de lider a un actor que es tan difícil de calzar en la filmografía de Tarantino como a Chuck Norris en un desfile del orgullo gay (sin ánimo de ofender).

El amigo Quentin quiere tener como protagonista de esta cinta a Brad Pitt, con el que incluso se ha puesto en contacto para hacerle una oferta, suponemos sustanciosa dado el caché del objetivo deseado. Salvo que mi memoria me falle, Brad no tiene en su currículum película alguna ambientada en la Segunda Guerra Mundial con papel principal, así que Tarantino le daría la primera oportunidad de dar vida al alma mater de un grupo de soldados aliados que transporta a criminales hacia su ejecución y que es objeto de una emboscada por parte de los malvados nazis.

Sin embargo, Quentin tiene que salvar un ’pequeño’ inconveniente, crucial para que este proyecto salga adelante, y poder tener en sus filas a una joya comercial del tamaño de Pitt: pasta, pasta y más pasta. En principio, la producción iba a ser llevada por The Weinstein Company, con proyección de filme independiente, pero con las exigencias del susodicho director, que incluyen el capricho rubio citado, y la intención de sacar dos películas de su guión de más de 600 páginas, tener dinero a palas es un ‘detallito’ a tener en cuenta.

En la búsqueda de ese vil metal, Tarantino se ha ofrecido al mejor postor de entre los siguientes grandes estudios cinematográficos: Paramount, Universal, Warner y Sony. Su intención es empezar a rodar en octubre próximo y estrenar la primera entrega en mayo de 2009 en Cannes, así que está esperando en la salita de su cuarto de estar, sin despegarse de la mesita del teléfono, a que le llame el estudio más interesado por la producción; así que está terminantemente prohibido llamar al número de Quentin que es el 555 … .

domingo, 29 de junio de 2008

Dos películas para Tarantino

"Inglorious Bastards" es el nombre del nuevo proyecto de Quentin Tarantino, que según anunició el cineasta tendrá dos partes.

Así, el director opta por el mismo modus operandi que ya empleó en "Kill Bill", la cinta de acción protagonizada por Uma Thurman.

Tarantino anunció al noticia a raíz del lanzamiento en DVD de "Inglorious Bastards", el clásico bélico de Enzo Castellari del que toma nombre el nuevo film que estará ambientado en la Segunda Guerra Mundial.

El director de Tiempos violentos confesó que dividirá en dos partes la película ya que mientras se documentaba sobre el conflicto para escribir el guión, en el que lleva trabajando más de seis años, reunió tanta información que no podía para de escribir y se juntó con unas 600 páginas de guión.

jueves, 5 de junio de 2008

Christopher Lee volvería a ser Saruman en 'El Hobbit'


Se trata de la secuela de 'El Señor de los Anillos' que dirigirá Guillermo del Toro y que tendrá dos entregas que se estrenarán en diciembre de 2011 y 2012 y comenzarán a rodarse a finales del próximo año en Nueva Zelanda con Peter Jackson como productor ejecutivo.

"Sí, por supuesto que repetiría el papel si me lo ofreciesen", afirma de manera tajante el actor que, en una entrevista concedida a la revista 'Empire' recogida por otr/press, se confiesa un auténtico fanático de la obra de J.R.R. Tolkien que ha leído "una y otra vez". Lee subraya que, en la historia, Saruman el blanco es uno de los cinco Istari, magos "prácticamente inmortales que viven miles de años" y que fueron enviados a la Tierra Media para luchar contra Sauron, el Señor Oscuro.

En cuanto a los otros, el actor demuestra que es un profundo conocedor de la obra de Tolkien y señala que "dos de ellos nunca aparecen, aunque conozco sus nombres" y los otros dos eran el mismísimo Gandalf, uno de los protagonistas principales de la trilogía al que daba vida Sir Ian McKellen, y Radagast el Marrón "aunque este último tampoco llega a aparecer".

"Cuando comienza la historia Saruman era el más noble, el más respetable, el más valiente y el más confiable de todos ellos, era el número uno", señala Lee que recuerda el papel del traidor Saruman en la trilogía del anillo trabajando al servicio de Sauron. "Pero en algún momento, que todavía no se ha explicado hasta ahora, él cambia probablemente porque cree que puede hacer lo mismo que Sauron y convertirse él en El Señor de los Anillos".

La transformación del mago blanco

Y precisamente esta transición del bien al mal, explicar como Saruman se dejó seducir por las sombras es lo que hace a este personaje "muy interesante" y una de las razones por las que Lee está loco por retomar el papel. Habrá que ver qué opina Del Toro ya que hay que recordar que Lee se negó a participar en 'Hellboy II' para dar vida al Rey Balor.

Aunque puede que estas rencillas se queden en nada ya que tanto Del Toro como Jackson han dicho ya en varias ocasiones que su intención es contar con los actores que participaron en la trilogía. De momento solo están confirmados Ian Holm como el viejo Bilbo, Ian McKellen, que repetirá como Gandalf, y Andy Serkis, que hará lo propio encarnando a la criatura Gollum.

Otros como Viggo Mortensen (Aragorn) y Cate Blanchett (Galadriel) ya han dicho lo mismo que Lee, es decir, que estarían encantados de volver a la Tierra Media y solo esperan la llamada de Jackson y Del Toro. Pero el reparto de la cinta no estará cerrado hasta dentro de al menos un año, cuando el guión de 'El Hobbit', cuya primera entrega se estrenará en diciembre de 2011, esté finalizado y comiencen los trabajos de pre-producción en Nueva Zelanda.

viernes, 30 de mayo de 2008

Sigue suspendido el rodaje de Tetro

El rodaje de "Tetro", la más reciente película de Francis Ford Coppola, continúa suspendido por un conflicto con el gremio de actores de Argentina,informó un portavoz de ese sindicato.

Sin embargo, la agente de Coppola en Estados Unidos, Kathleen Talbert, negó que exista una interrupción de la filmación y problemas con el contrato de los actores.

La Asociación Argentina de Actores (AAA) suspendió el rodaje luego de que la productora del realizador estadounidense, Zoetrope Argentina, no presentó los contratos de los actores argentinos que participan de la cinta.

Pese a que Zoetrope finalmente presentó los contratos, la suspensión continúa. "Nuestros abogados están confeccionando, junto con la productora, un documento en el que ésta se compromete a respetar las pautas del convenio, dado que los contratos presentados son inválidos porque contienen cláusulas que no se ajustan al convenio", explicó a la AP Carlos Groba, de la secretaría gremial de la AAA.

"Si la productora se compromete a regular los contratos según la ley argentina, se levantará momentáneamente la suspensión del rodaje hasta tanto entregue los nuevos contratos", añadió.